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"San Agustin"

viernes, 21 de enero de 2011

Jabones para nuestros hijos

Esta empresa comercializa jabones sin colorantes, conservantes ni aromas artificiales, netamente organicos. Los jabones ideales para nuestros hijos

KÉFIR

Es un producto de reconocida reputación como fuente de salud. La palabra kéfir en turco, significa “bendición”. Constituye un alimento básico en la dieta de los pueblos del Cáucaso (Armenia, Georgia, Turquestán) y era utilizado por los antiguos sumerios. Los pueblos del Cáucaso viven más de 100 años, conservan buena salud y notable estado físico.

El kéfir es una estructura polisacárida, donde conviven en simbiosis, diversos microorganismos. Adopta la forma de una masa gelatinosa, irregular, color blanca o levemente amarillenta, de consistencia esponjosa y elástica y aspecto similar a las flores de la coliflor. Su tamaño varía entre pocos milímetros y algunos centímetros de diámetro. Una característica particular, es que está en constante crecimiento.

Tradicionalmente, los nódulos de kéfir se generaban como consecuencia de cuajar leche fresca en cántaros de madera. Luego de cuajarla durante varios días, se formaban en las paredes del recipiente los nódulos. Sumergiéndolos en leche recién ordeñada, los habitantes del Cáucaso obtenían una bebida con efectos benéficos y mejor conservación que la leche fresca: la leche kefirada o también llamada simplemente kéfir. La misma es una leche fermentada carbonatada ácida.

En los nódulos o granos de kéfir se encuentran en asociación simbiótica, bacterias (Lactobacillus brevis, Lactobacillus desidiosus, Lactobacillus acidophilus y Estreptococcos lácticos) y levaduras (Cándida kéfir, Sacharomyces delbruckii). Son las responsables de producir la doble fermentación: ácido láctica y alcohólica.

El cultivo de nódulos de kéfir puede realizarse en distintos medios: leche de animales, leche de soja, jugo de uva u otras frutas con alto contenido de azúcar, agua, infusiones de hierbas. Cuando se parte de la leche, se obtiene una bebida similar al yogur líquido. Partiendo del agua, se logra una bebida similar a una limonada gasificada.

La leche kefirada se diferencia del yogur en lo siguiente: por un lado la fermentación en el yogur es sólo láctica, mientras que en el kéfir es lacto-alcohólica. En esta última, se fermenta el azúcar de la leche, y la caseína y la albúmina (proteínas de la leche). Por otro lado, la consistencia del yogur es sólida (caseína cuajada) y la del kéfir es líquida (caseína solubilizada).

El proceso de kefirado en la leche, resuelve el problema de la correcta metabolización y asimilación de la misma. El kefirado produce en la leche ácido pirúvico, fácilmente asimilable, degradando la lactosa.

El kéfir de agua permite un consumo terapéutico en dosis más elevadas que el que se hace con leche, debido al alto contenido proteico de la misma. Además se suma el inconveniente de la calidad de la leche. Los pueblos caucásicos partían de leches puras, recién ordeñadas, sin antibióticos, hormonas, sustancias tóxicas, ni procesos industriales como el pasteurizado, homogeneizado o descremado. Hervir o pasteurizar la leche, implica desnaturalizar las enzimas y sustancias vitales, responsables de las virtudes terapéuticas de la leche kefirada. Precisamente, los nódulos de kéfir, protegen a la leche cruda de posibles microorganismos que la contaminen.

Entre las virtudes asociadas al consumo de kéfir, se encuentra principalmente la capacidad de reestablecer la flora intestinal normal, indispensable para una buena digestión y asimilación de los nutrientes ingeridos. Una alimentación rica en proteínas animales produce putrefacciones intestinales, alterando la flora bacteriana normal. Las bacterias intestinales son fundamentales en la síntesis de las vitaminas B y K, en la conversión de pigmentos y ácidos biliares, en la absorción de nutrientes y en el control de los microorganismos patógenos. El kéfir transforma la flora intestinal putrefactiva, reemplazándola por bacilos lácticos de propiedades antisépticas. Debido a estas virtudes, es recomendable su uso en enfermedades del estómago e intestino, diarreas, estreñimiento, problemas de vesícula, hígado y riñones.

Presenta propiedades antivirales, antifúnguicas, antibióticas y estimula el sistema inmunológico. Ha sido utilizado con éxito en enfermedades tales como cálculos renales, hipertrofia prostática, diabetes, artritis, reuma, infarto de miocardio, esclerosis múltiple, anemia, asma y bronquitis. En uso externo, por ser un poderoso antiséptico, se lo utiliza en acné, psoriasis, eccemas y alergias. Es preventivo y ha sido efectivo en la cura del virus del herpes.

Posee efectos aperitivos, estimula funciones orgánicas mejorando el estado de la piel y el cabello. Todas las propiedades terapéuticas asociadas al kéfir, se manifiestan cuando se lo ingiere en forma continuada.

Extracto del libro Lácteos, ¿Alimento básico?
En Grano Madre se puede solicitar el kéfir de Agua o los nodulos secos para iniciar el cultivo: 4836-1373

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